LA LUCHA DE LOS TRABAJADORES DE UNIPOST
Nuestro primer aporte es un texto sobre la situación en una empresa del sector en la que los empleos de muchos trabajadores están en peligro, hablamos de unipost, muchos quieren que los veamos como enemigos, pero lo cierto es que sus empleados simplemente son compañeros y queremos dedicar un momento a hablar de ellos.
La
ley postal de 1998 fue el pistoletazo de salida. La empresa catalana
Servicios Urbanos de Reparto (Suresa), dedicada al reparto de
correspondencia con origen y destino Barcelona y pocas poblaciones más,
contaba con una posición consolidada en el sector de la distribución
postal tras 25 años de experiencia. En aquel momento facturaba unos 48 millones de euros y
tanto la familia Raventós, propietaria de Codorníu y máximo accionista
también de Suresa, como los cerca de 50 socios de la compañía vieron que
la liberalización constituía una oportunidad de oro para la empresa.
La
idea era tan sencilla en su planteamiento como complicada en su
ejecución. Suresa se propuso aprovechar su liderazgo entre los
operadores privados para crear una empresa nacional de distribución de
correo empresarial que en el futuro llegara hasta el último rincón de
España. Tras meses de negociaciones, en el 2001 se creó Unipost,
controlada al 80% por Suresa y con la participación también de la
aragonesa Urbandisa y la valenciana Flecha como accionistas
minoritarios, además del respaldo de 180 empresas colaboradoras que les
dan cobertura allí donde no están presentes.
Tres años después, en 2003, Unipost cerraba el año con una cifra de negocio de 64 millones de euros.
Tras la entrada -a finales de septiembre de 2004-
del gigante alemán Deutsche Post en su accionariado, con la adquisición
del 37,60% del capital, cuyo control sigue en manos de la familia
Raventós (54,33%), propietaria de Codorníu, Unipost
aumentó su facturación hasta los 68 millones de euros ( un 6,8% más que
el año anterior). En 2005 alcanzó los 78,6 millones de euros ( un 15%
más) y en 2006 los 90 millones ( un 15% más), consiguiendo con la subida
del año 2007 llegar a los 102 millones de euros ( un 15% más que en el
ejercicio anterior).
El
año 2008 la empresa disparó su cifra de negocio hasta los 107 millones
de euros ( un 6% más respecto al año anterior), obteniendo una subida
acumulada desde su fundación en 2001 de más del 100% , duplicando así su
volumen de ingresos.
A
pesar del meteórico crecimiento de la empresa ( de incluso el 15%
durante varios años seguidos), los trabajadores de Unipost apenas
conseguían mantener que sus sueldos crecieran entorno al IPC,
superándolos de forma aislada en alguna décima. La mayoría de los
trabajadores de Unipost procedían de la extinguida Suresa, por lo que su
sueldo no podía ser muy alto, ya que según se informaba desde la nueva
dirección, era una empresa nueva, que estaba empezando. Así no es
difícil de entender que si la empresa crecía era a costa de mantener
controlados unos sueldos ya de por sí bajos. Se inicia la primera Huelga
en Unipost en todo el territorio nacional, consiguiendo con ella el
cumplimiento a rajatabla del convenio y, por tanto, de las subidas
firmadas.
En 2009, con la crisis ya iniciada, la empresa presenta un ERE de extinción que afectaba a 435 trabajadores,
argumentando que la situación podría empeorar. El convenio firmado para
los años 2008, 2009 y 2010 comienza a ponerse en entredicho, llegando a
ser incumplido sistemáticamente a lo largo de los próximos años. Ese año se cierra con una ganancia del 0,5%, facturando 107,5 millones de euros.
Los años siguientes, 2010 en adelante, son años en lo que se congela definitivamente el sueldo a todos los trabajadores, prometiendo recuperar las tablas salariales firmadas en convenio durante los años venideros. El 2010 la facturación asciende a 109 millones de euros, con un crecimiento del 1,4% respecto al año anterior.
2011
comienza de nuevo con continuas reuniones con la empresa, con la firma
de acuerdos que nunca se llegan a cumplir ( haciendo especial hincapié
en todos ellos en el mantenimiento de los puestos de trabajo y la
recuperación de las tablas firmadas años atrás). La postura de la
empresa es la de seguir atemorizando a los trabajadores con el despido
masivo, a pesar de firmar continuamente la garantía de los puestos de
trabajo siempre que se aceptaran las congelaciones que insistían en
necesarias para no entrar en pérdidas los años siguientes.
Este
año se presenta ante el Ministerio de Trabajo en Madrid un Expediente
de Regulación de empleo de Reducción de Jornada que afectará a 640
trabajadores, con una reducción del 15% de la jornada y de duración
hasta el 31 de Diciembre de 2011.
Los sueldos, continúan congelados. Los trabajadores, con presiones de
la dirección y los propios sindicatos aceptan, a través de un
referéndum, un año más de sacrificios. La empresa, según cuentas
presentadas a los sindicatos, factura 107 millones de euros, un 1,8%
menos que el año anterior), entrando según ellos en pérdidas ( no
menores beneficios).
Ya
en 2012, los trabajadores vuelven a sufrir la congelación de sus
salarios, a lo que se añade la prórroga del ERE de reducción de jornada
un año más.
La empresa visita a los trabajadores en los centros de trabajo
argumentando que la situación es muy delicada y que se está poniendo en
riesgo la viabilidad de la empresa.
Por
un lado se habla de redimensionar el tamaño de la empresa, para lo cual
es necesario reducir la plantilla por medio de despidos objetivos e
incluso EREs de extinción, y, por otro, de buscar nuevas fórmulas que le
permitan un ahorro de costes, refiriéndose a la implementación de un
nuevo ERE en Unipost; éste de Suspensión. Entre los muros con los que se
dan para poder aplicar el nueva plan de ajuste, existe la rotunda
negativa de los sindicatos a llegar a ningún acuerdo que empobrezca las
ya deterioradas condiciones laborales de los trabajadores y, según la
dirección, la nula liquidez que se tiene para proceder a los despidos.
Con este marco de fondo, la empresa desembolsó 16,5 millones de euros
( 10 millones de euros en una planta en San Fernando de Henares,
Madrid, a los que se sumó la compra de 4 nuevas máquinas de
clasificación por valor de 4,5 millones y otros gastos procedentes de la
instalación y puesta en marcha de los mismos). Los
trabajadores no entienden como se les empeoran las condiciones
laborales, llegando a existir problemas en los pagos de las nóminas
(retrasos y fraccionamiento) mientras la empresa hace grandes
inversiones a la vez que pide moderación a los mismos ( la empresa
proponía eliminar la paga extra a los trabajadores). Como consecuencia de esto, surgieron los parones y concentraciones en los centros de trabajo que desembocaron en una huelga
este verano, la cual fue desconvocada por una sentencia de la CCNCC (
Comisión Consultiva Nacional de Convenios Colectivos) que no permitía la
inaplicación de las condiciones de trabajo establecidas en convenio.
A
día de hoy, mientras la familia Raventós y el grupo alemán Deutsche
Post esperan la resolución que ponga fin a desacuerdos en una operación
de compra del 100% de la firma de servicios postales por parte de la
compañía alemana, los trabajadores de Unipost pelean porque no les sea
aplicado, como pretende hacer la empresa, un ERE de suspensión que
arrancaría el 1 de Diciembre de 2012 con
suspensiones de contrato de un máximo de 140 días hábiles, unos 180
días naturales, y que terminaría el 31 de Diciembre de 2013. Según la
empresa, el sistema de suspensión generará más ahorro que las
reducciones de jornada, aunque de no funcionar en algún centro se harían
reducciones con un máximo de un 30%, algo que el expediente prevé. El
objetivo es llegar a un ahorro cercano a los 9 millones de euros.
No
es concebible que cuando la empresa crecía hasta duplicar su tamaño
mientras los sueldos lo hacían a duras penas en base al IPC, ahora que
la situación parece haber empeorado debido a la crisis y a errores en la
gestión de la empresa, sean los trabajadores los que tengan que volver a
ver vistas empobrecidas sus condiciones laborales llegando incluso a
ver amenazados sus puestos de trabajo.
Edito a 23/10/2014 Hoy han declarado nulo el ERE de Unipost, despues de años de lucha por fin la justicia ha dado la razón a los trabajadores.